La Cultura lionesa en nuestros días, el periodismo y su gente pequeña

La regla, la maldita regla. Ésa que se opone al deseo. Natural o convenida, es siempre un impedimento para nuestras voliciones, incluso reales. Nada menos ajeno, oh paradoja, al principio de autoridad que locos como ese demente que hace siglos fue llamado Joseph de Maistre alegó. Buena, y mucho, su apología del verdugo. Pero con esa vehemencia alocada suya, no cabe duda que, derechista como era, nos lanzó al cadalso. El principio de autoridad es decir: "Soy del PAN, estoy en el poder, tenía, tengo y tendré más billetes; en consecuencia, la regle soy YO, PANISTA".

Por eso esta reina suya no entiende la actitud del periódico mAmeMe. Hace pocos años, con singular y chayotera vehemencia acompañaba nuestros afanes. Que si el presi municipal era lo máximo, que si Fox era Atenea mezclada con Zeus vuelto hombre, que si el PAN constituía el non plus ultra de la perfección más alifada y modosa de la, jajaja, democracia.

Hoy el virrey gobernador de Guanajuato, de apellido Oliva, a quien la plebe llama "Chocorrol" y, nosotros, sus amos, Ñoño, al recortarle el chayo al periódico mAmeMe ha destapado la caja del grupo Pandora.

Ya ni la presidenta del grupo de Las Adoradoras Frígidas de la Vela Parada, la jacarandosa y gimiente Lety Vilezas, hijita consentida de Pedro el del Yunque, ni siquiera esta florecita del placer demandado, oh pena mía, ha quedado ajena a los berrinches del periódico mAmeMe al implorar, éste, por su chayo ausente.

Ay cómo lloro yo con ella. Lety, le digo, te presto a mis consoladores humanos, o si quieres hasta ése que la tecnología japonesa de punta nos prodiga. Pero aunque Lety dice SÏ QUE SÏ y los prueba, la melancolía vuelve a por ella. Aunque yo le jure que habré de escarmentar al mAmeMe.

Nada sirve. Su flor del placer se marchita ante mis ojos.

Dígome entonces, hagamos que los enanos bufones hagan lo suyo, que cumplan su propósito. Nada más para salvar a Lety Vilezas.

¿Que quiénes son los enanos bufones? ¡Asha! A poco no los han visto. Oh, me olvidaba, quién va a verlos si posee tv satelital o de perdida el proletario Megacablecín. Qué olvidadiza soy a veces.

Pues los enanos bufones son ni nada más ni nada menos que los esos "mostritos" que leen las noticias en los noicieros lioneses, o los que escriben además en periódicos que todavía favorece el chayo como, verbi gratia, el Rosado Heraldo del Que se Va Por los Chescos.

Si yo misma los elegí. Como no van a ser funcionales. Analfabetos, quizá, pero funcionales. Y eficaces.

A poco no les da un susto de animar los intestinos hasta sus últimas consecuencias cuando en la pantalla de plasma aparece el rostro de Luis Mamando LaMadrid Que Lo Parió. ¿Quién puede resistir la nausea que apura la busqueda el control remoto para que el canal devenga en otra imagen, incluso la del exorcista cuando la niña vomita guacamole?

Yo al elegirlo buscaba la fealdad humana pero, debo confesarlo, mi real imaginación, cultivada en la historia de la demonología y los esperpentos, fue sobrepasada con creces al toparme con la cara y el cuerpo de Luis Mamando Lamadrid Que lo Parió.

-A ti no te parieron, súbdito mío: a ti te defecaron. Bienvenido seas.- Le dije con un golpe de mi cetro.

El siguiente en ser encontrado era una cruza entre Dumbo y un Furbie que se ha quedado calvo y tiene voz de Bambi tras saber que su mamá venada ha muerto es, nada más ni nada menos, que el que dice las noticias en TvCuatro. El canal donde Ñoño se vuelve superhéroe. El canal del chayo asalariado.

Hable antes con los productores, les dije:

-Furbie Calvo posee capacidades especiales, y como discapacitado que es debemos darle alicientes... -Les exigía yo con energía, y agregaba:

-Qué sé yo... Por ejemplo denle a fumar de esa hierbita que tanto fuman ustedes, o d'ese polvito para descongestionar la nariz que tanto les inspira, o d'esos papelitos que chupan como Lety Vilezas una... Hagan cosas como esas con mi Furbie Calvo se hiperactive. ¿A poco no es tierno, mi Furbie Pelón? Si hasta parece un chihuahueño humano cuando ladra con alegría.

Y lo hicieron. Y funciona.

¿Pero qué me dicen de Miguel Zacariás Mamadas en el Heraldo?

¿A poco no es sublime mi idea de poner al producto de genes de un zancudo que propaga el dengue combinados con genes de humano con síndrome de down, y luego expuesto a sesiones imparables de discursos dados por el reconozido intelectual Zergio Zirviento?

Miguel Zacarías Mamadas del Heraldo hasta a mí me produce harta gana de regurgitar el beluga.

Basta verlo aparecer en pantalla. Basta leer sus crónicas. ¡Madre mía, qué hemos hecho! ¿Acaso un gólem de de Maistre? ¿Acaso un barrendero del PAN? ¿Un pepenador de la peor basura?

Siento miedo de mí misma. Jamás concebí que mis capacidades por juagr caprichosamente con la naturaleza fueran al límite más horrible.

Y, pero, mas sin embargo no obstante, Lety Vilezas sonríe.

Me dice, ven, sube a mi nube, yo te estaré esperando, con cuatro velas, en el cuarto de baño.